Id y Predicad – Familia Delgado

Dios ha puesto eternidad en el corazón del hombre. Todos nos movemos con los
recursos del cielo y con esta gracia que debemos compartir a otros.
Dios nos capacita para toda buena obra. El mandato que Él nos hace en Mateo 28 es
para toda la iglesia. Hoy somos muchos más que los 11 que dejó Jesús en aquel tiempo.
Todavía en algunos lugares este mandato no está claro.
¿Cuál fue el cumplimiento de los primeros enviados? ¿Qué hicieron? ¿Qué tuvieron? En
primer lugar, tenían la unción del Espíritu Santo; no salieron hasta que fueron llenos. En
segundo lugar, tuvieron pasión por los perdidos.
Nuestro objetivo al salir no debe ser solo hacer lo que tengamos a mano, sino hacer al
menos un discípulo (en Hechos ya se habían multiplicado). Vamos a ser efectivos sino
perdemos de vista el mandato de hacer discípulos. Debemos multiplicarnos para que el
evangelio sea escuchado.