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Nuestros vínculos

Posted: agosto 5, 2015 a las 12:43 pm   /   by   /   comments (0)

Alejandro Rodríguez

¿Qué importantes son las relaciones?

La Biblia es un manual integral de relaciones, habla sobre vínculos y menciona muchas veces la frase “de unos a otros”.

Siempre parten del primer vínculo que es entre el hombre y Dios.

Toda nuestra vida esta basada en vínculos.

Son los vínculos los que hacen sostener algo en la vida, o destruirla. Todo está sostenido por relaciones porque todos nosotros somos seres relacionales.

Todo lo que mueve nuestro mundo, aún el conflicto con el Medio Oriente, o entre Israel y los países árabes, tiene que ver con relaciones.

Lucas 6:27-38 –> amen a sus enemigos… esta es la palabra de Dios, Jesús en primera persona hablando.

La medida. Cuando uno le pone una medida corta al otro, de que siempre fue así, etc. Tenemos la tendencia de tener una medida corta a los demás y una larga para nosotros mismos. Para poder justificarme, soportarme, perdonarme, comprenderme a mí mismo, pero una medida muy corta con el otro. Y lo que Jesús dice es que con la misma medida con la que mido también voy a ser medido. Si yo le tengo al otro 10 cm de amor y paciencia también voy a ser medido de la misma manera.

No hay vida sin vínculos. Todos tenemos un desafío por delante, en un matrimonio, con nuestros jefes, en nuestro trabajo, en todo lugar donde estamos nos movemos en medio de relaciones.

Siempre estamos expuestos a relaciones. Y ahí hay muchas sensibilidades que tienen que ver con la falta de amor, el rechazo, lo justo, lo injusto y ante eso nosotros reaccionamos. Y la palabra dice que ames “como a vos mismo”. Parece que hay una coherencia, un reflejo que no siempre nos funciona bien porque tenemos un nivel de crítica con otros y una complacencia y justificación con nosotros mismos que no es coherente con la forma en que nosotros miramos y medimos a los demás.

Mateo 18:21 en adelante habla de ese hombre que le perdona la deuda a uno de sus siervos…

No puso la misma medida, no midió así como fue medido con misericordia, le acortó la medida al otro. Cuando su señor vio la incoherencia, la falta de amor, entonces lo sometió a los verdugos.

Y a veces decimos ¿por qué pasan estas cosas en mi familia? ¿O en mis finanzas? No todo tiene que ver con el juicio de Dios pero a veces hay verdugos por cuestiones donde nosotros hemos obrado mal en nuestra vida relacional. Entonces cuando no actúo de la misma manera que Dios actúa conmigo u otras personas, quedo en manos de verdugos espirituales. Por eso tener el corazón de Dios en nuestra manera de vincularnos es muy importante.

Los verdugos son reales. vienen por cosas no resueltas, cosas en el aire, heridas que no quisieron sanar. Por eso es tan importante este manual relacional que es la palabra de Dios.

“Amen a los enemigos” ¿Por qué nos cuesta tanto?

Por nuestro culto al ego. el individualismo, mi derecho, mi justicia, mi propiedad, mis emociones, mis prioridades, mis beneficios, mi placer, mi satisfacción. Por lo tanto cuando no aparecen, hablamos de mi frustración. Entonces caemos en profundas depresiones. Nunca tuvimos tanta depresión junta como ahora. Cuanto más tengo, más quiero, entonces por cualquier cosa terminamos matrimonios, ministerios, etc. Estamos hipersensibles. Las relaciones son mucho más endebles. Todo está hecho tan frágil. Ya nada está hecho para toda la vida, todo termina pronto. Todo va a durar mientras el interés de un individuo coincida con el interés del otro individuo. Porque está hecho en base a la satisfacción de mis intereses. Los vínculos hoy son pasajeros.

6 elementos prácticos que nos ayudan a tener el corazón de Dios en nuestra forma de vincularnos unos con otros:

1) Aprender a pensar bien. Libres del espíritu de sospecha y que si el otro está haciendo algo, que la evidencia sea tan contundente que sea claro que está haciendo mal. Pero por mi mismo no quiero ser un fabricante de sospechas. Quiero desarrollar el hábito espiritual de Cristo de pensar bien del otro, y hablar bien del otro, eso es bendecir: hablar bien. Eso es hablar bien de los que me hacen mal, lo dice Jesús. Hablá bien del que habla mal de vos. Primero pensá bien, porque si pensás bien tenés más posibilidades de hablar bien.

2) No prejuzgar, no juzgar de antemano.

3) Preguntar primero, eso te libra de muchos dolores de cabeza. Así le das la chance al otro de explicar o pedir perdón. La pregunta es un puente de restauración, aún de arrepentimiento.

4) No juzgues intenciones del corazón. Podemos llegar a juzgar una acción pero no una intención del corazón. Decir “tú eres esto, tú eres lo otro”. No es lo mismo decir “esto que hiciste fue injusto” que decir “tú eres injusto”.

5) No hacer causa común. Es cuando yo uso lo que otro piensa para sentirme más fuerte yo para ir contra vos. Entonces como no me animo a hablar con vos, comienzo a ver si hay otros más que piensen igual que yo para que en mi mente, entre nosotros te podamos reventar mejor a vos. Y a eso le agrego “yo no soy el único que piensa esto”. Eso es porque no hemos desarrollado la libertad de babar con la otra persona.

6) Aprender a confrontar en amor y con humildad. A veces las situaciones no se tratan, no se confrontan y luego explotan. En otros lugares explotan de entrada.

Todas estas cosas destruyen un gobierno una iglesia, una familia, destruyen todo.

Hagamos estas cosas y el Señor nos va a bendecir.